Dicen que el tiempo todo lo cura, pero esto no es cierto. El tiempo no puede curar el dolor de una pérdida ni de sus recuerdos, sobre todo cuando se trata de una pérdida de alguien que significó mucho para ti. Pero lo que sí hace el tiempo, es transformar ese dolor.
Nuestra mente es una máquina increíble, que tiene la capacidad de guiarte a través de un duelo, para que transites sus etapas como si fuese un programa incrustado en tu cerebro al nacer. Muchos hablan de 3, 5 o 7 etapas que incluyen el rechazo, la ira, la aceptación, entre otras, pero hoy hablaré de mi proceso.
Así que, si estás pasando por un duelo que duele mucho y en el que solo se ve oscuridad, leer estás palabras quizás pueda brindarte una pequeña luz en tu proceso. Nunca olvidaremos aquellos que se fueron, pero sí podemos tomar su legado para transformar nuestras vidas.
No se trata del tiempo…
Sanar después de la pérdida de un ser querido no tiene un plazo establecido. Cada persona puede tomar el tiempo que necesite, aunque esto signifique meses o años. Esto, por supuesto, depende de la relación que tuvo con esa persona y del significado profundo que tenía en su vida.
Por eso, si estás aquí no porque tú estés pasando por ese duelo, sino porque quieres acompañar a alguien que lo está viviendo, recuerda algo fundamental: no es a tu tiempo, es al suyo. Tu mayor apoyo no será acelerar su proceso, sino estar presente, con paciencia, sin presiones. Porque sanar no es una carrera, es un camino, y el mayor gesto de amor es caminarlo al lado de quien lo necesita.
Recuerda sus mejores momentos
Cuando alguien se va al cielo (en mi creencia), solemos recordar sus últimos momentos y seamos honestos, estos no son los mejores recuerdos. Aquellos recuerdos en el hospital, su sufrimiento, el dolor o el momento preciso en el que trascendió, solo hará más grande tu dolor.
Si te pones a pensar por un momento, esa última etapa de su vida no definía a esta persona. Esta persona que perdiste era mucho más que sus últimos momentos y merece ser recordada por quién era realmente.
Por esta razón, si tienes imágenes, videos o cosas materiales que te recuerden esta dolorosa etapa, te recomiendo que las elimines y te quedes con sus mejores recuerdos. Y si te sientes con el valor suficiente, te recomiendo que comiences a ver sus fotos o videos cuando todo estaba bien.
Según la persona, sus recuerdos pueden significar: una figura materna o paterna, una amistad verdadera, un amor infinito, una complicidad de almas, un significado real de familia o la alegría en medio del caos. Una persona o ser, y sí incluyo a las mascotas, pueden significar tantas cosas como lo que sentiste a su lado en vida.
Comienza a hablar de tu ser querido
Cuando estamos en medio de un duelo creemos que la forma más fácil de llevarlo es simplemente no hablando de ello. Pero en realidad, esto puede ser contraproducente, porque que no hables no quiere decir que no duela. Es más, puedes estar acumulando el dolor porque no sabes cómo sacarlo.
Una forma saludable de llevar tu duelo, es atreviéndote a hablar de esta persona trayendo su recuerdo al presente. Al inicio esto puede suponer un par de lágrimas solo con pronunciar su nombre, pero con el tiempo se puede transformar en un recuerdo hermoso.
Digo hermoso porque tus recuerdos más preciados están ahí para hacerte saber que alguna vez amaste tan profundo que es normal que todavía duela, pero que así mismo puedes hacerlo de nuevo. Puedes volver a amar a alguien o volver a amarte a ti mismo, puedes volver a reír como en aquellos tiempos y puedes volver a construir recuerdos hermosos.
Tienes la capacidad de hacerlo y eso es una gran noticia. Tienes un corazón tan grande que, aunque te duela, sabes que es capaz de amar incondicionalmente. Ojalá no lo cierres del todo y te permitas volver a abrirlo con el paso del tiempo.
Honra su memoria con tus acciones
La forma más memorable, según mi experiencia, para sanar después de la pérdida de un ser querido es a través de tus acciones. ¿Qué fue aquello que te enseño esta persona o ser? ¿Te enseño sobre el amor, los valores, la lealtad…? o quizás te mostró como divertirte, cómo ser tolerante o cómo aprender a controlar tus emociones?
Si estás preparado para honrar su memoria, mi consejo es hacer una pequeña lista de sus enseñanzas y aplicarlas a tu vida diaria. Si tu ser querido te enseño sobre el amor, quizás una buena forma de honrarlo, es expresar más cariño hacia tu pareja, tus hijos, tus amigos, tus mascotas o tu familia. ¿O por qué no? Hacia ti mismo.
Al hacer esto, estarás trayendo su recuerdo en cada acción que realices y cuando menos te des cuenta, comenzarás a sonreír. No porque deje de doler, sino porque habrás transformado el dolor en enseñanzas de vida.
Disfruta de aquellos que siguen contigo
Por último, solo un pequeño recordatorio de que, aunque alguien se marchó, hay otros que siguen aquí. Que te aman y que quieren acompañarte, no solo en tu dolor, sino que también quieren hacer parte de tu vida.
Yo sé que después de una pérdida de un ser querido el corazón se puede cerrar muy fácilmente, pero procura hacerle espacio aquellos que te rodean, y no olvides hacerte espacio a ti.
La muerte nos recuerda que existe vida y aunque es muy difícil vivir este proceso, especialmente cuando queremos ser “fuertes” para los demás, es parte de ser humanos. Por eso, permitirnos ser vulnerables y vivir las etapas del duelo, puede ayudarnos a transformar el dolor🌈.